Santo Domingo.-
El Director General de Minería, Alexander Medina, afirmó este miércoles
que la riqueza derivada de las reservas probadas de minerales
existentes en el país tiene un valor mayor a 60 mil millones de
dólares, calculado a los precios actuales.
“Es
esta riqueza minera, que será explotada y exportada en los próximos
años, la que constituye una real oportunidad para el desarrollo
nacional venidero”, dijo el funcionario al participar como orador
invitado en el Almuezo Mensual de la Cámara Americana de Comercio
(AMCHAMDR).
Medina
manifestó que los beneficios presentes y futuros de la industria
minera a la economía y al desarrollo son extensos “y van más allá de la
cantidad de empleos en el sector minero formal y sus efectos positivos
para las comunidades”.
Destacó
que los impactos locales de las operaciones mineras son significativos
desde el punto de vista social y económico, pese a que hay disputas y
controversias alrededor de la minería.
“Sin
embargo, para la mayoría de las comunidades, pasando por el empleo, las
compras a proveedores locales, las contribuciones a la comunidad y el
pago de impuestos, los beneficios locales son variados y valiosos”, dijo
el Director de Minería.
Tras
repasar alguna cifras sobre operaciones en marcha y en perspectiva de
producirse, datos sobre exploraciones pendientes, capacidad minera del
país y aspectos vinculados con el respeto al medio ambiente y la
sostenibilidad económica y social.
Medina
lamenó que los indicadores económicos y los resultados de las
exploraciones no capturen los impactos cualitativos de la minería sobre
los individuos y familias de las regiones mineras donde se destacan
algunas historias con impacto humano sobre las oportunidades creadas por
el sector.
“Como
ella, toda la comunidad de Hondo Valle de San Juan se ha beneficiado de
las exploraciones mineras que están proveyendo empleo. Las historias
son aun más dramáticas en comunidades mineras como Cotuì, Maimón y
Bonao, en donde miles de habitantes tuvieron la oportunidad de elevar su
estándar de vida a través del empleo seguro, programas de capacitación e
ingresos más altos”.
Aseguró
que la minería “ha reentrado a la economía de la Republica Dominicana
con altos vuelos para quedarse como uno de los pilares fundamentales del
desarrollo nacional. A partir del 2013, será junto al turismo, la
agricultura, las zonas francas, el comercio y la industria uno de las
mayores contribuyentes delProductoInternoBruto, de las exportaciones y
del ingreso de divisas”.
Estabilidad y partidos políticos
De
su lado Julio Brache, Presidente de AMCHAMDR, destacó la importancia
de mantener la estabilidad y tranquilidad socio-política-económica para
poder mantener la tendencia creciente de la Inversión Extranjera Directa
(IED).
Señaló
que la minería como uno de los sectores que ha recibido la mayor IED en
los años recientes, “un sector con un tremendo potencial de desarrollo a
futuro, con el consecuente beneficio en términos de generación de
empleos, transferencia de tecnología y mejora del renglón de comercio
internacional del país”.
Brache
dijo que para que la República Dominicana desarrolle y explote con
éxito sus recursos minerales es necesario proporcionar estabilidad
macroeconómica, institucional y social. “En las últimas décadas, el país
ha experimentado uno de los mayores niveles de crecimiento económico en
la región, y ha realizado mejoras significativas en el ámbito normativo
e institucional. También ha tenido más de 40 años ininterrumpidos de
gobiernos democráticamente elegidos, y hasta hace poco ha tenido uno de
los niveles más bajos de criminalidad y violencia en la región”, dijo.
El
líder empresarial le hizo un llamamiento a los partidos políticos para
que actúen de manera pacífica y ejemplar, y eviten las amenazas o actos
violentos.
“Recurrir
a la violencia para alcanzar fines políticos sólo sirve para socavar la
credibilidad del proceso político, lo que a su vez envía una señal de
profunda incertidumbre a los agentes económicos, y las oscilaciones del
riesgo llevan al país hacia una espiral descendente en el ámbito
socio-económico”.
Propuso
“elegir el camino del diálogo y la mediación pacífica, y hacer todo lo
que sea necesario para mantener la estabilidad social, que ha sido la
base de cuatro décadas de crecimiento económico e institucional”.