Las tres viudas de Osama bin Laden fueron imputadas la semana pasada por el Gobierno pakistaní. Su crimen: haber intentado entrar de forma ilegal, y hace años, en el mismo país donde ahora están en una suerte de arresto domiciliario.Desde que su marido murió, en mayo de 2011 están esperando para ver de qué se les acusa.
Pero ésta no es la noticia más sorprendente sobre las tres mujeres que se ha conocido esta semana. Un militar pakistaní llamado Shaukat Qadir acaba de completar el estudio más exhaustivo de cómo fue la vida del líder de Al Qaeda después de que huyera de las montañas de Tora Bora (Afganistán) tras los ataques del 11-S. En él, se revela que Bin Laden murió en una casa dividida por los celos de estas tres mujeres y que seguramente una de ellas fue la que filtró su paradero a las autoridades y que el propio terrorista sabía que lo estaba haciendo pero que, cansado de vivir, no hizo nada para impedirlo.
En él, leemos que Bin Laden se había sometido a un trasplante de riñón en 2002, que estaba prácticamente jubilado en su mansión de Abbottabad y que incluso empezaba a mostrar muestras de senilidad. Vivía con otras 27 personas en esa casa. La más importante de ellas era Khairiah Saber. Los dos se habían casado en 1985; ella pasó a ser la tercera mujer de su harén y le dio unos cinco hijos. Hasta 2010, estuvo bajo la custodia de Irán, hasta que fue liberada a cambio de que unos extremistas pakistaníes liberaran a un diplomático iraní. El propio Bin Laden le indicó cómo llegar hasta Abbottabad.
Y ahí empezaron las tensiones. La llegada de esta mujer, de 60 años, la que más tiempo llevaba casada con Bin Laden, levantó todo tipo de pasiones entre sus otras dos mujeres con vida: Siham, una saudí que tuvo tres hijos con el terrorista, y Amal, una yemení que se había mudado a Abbottabad con su marido en 2005. Bin Laden solo dormía con esta última a estas alturas, y ella fue la que peor se tomó el regreso de la esposa pródiga. "Todo el mundo sospechaba de ella", revela Qadir. "Siempre le estaba preguntando, 'pero ¿por qué has tenido que volver?'. Fue en un clima enrarecido porque Bin Laden prefería claramente a Amal, para disgusto de Siham. Y la otra de sus mujeres, Saber, era extremadamente agresiva, casi intimidante".
Hizo falta que uno de los hijos mayores de Siham, Khalid, cuestionara a Saber con un poco más de vehemencia para que esta contestara que si había vuelto a estar con su marido era porque "tenía una última tarea que cumplir". Según varias fuentes, Khalid, acudió de inmediato a Bin Laden, a avisarle de que una de sus mujeres podía estar a punto de traicionarle. Él no se mostró preocupado (hay fuentes que lo achacan a la senilidad que sufría desde 2003).
Al poco, los Talibanes recibieron la filtración de dónde estaba su escurridizo líder. Luego, esa información llegó al centro de inteligencia de Pakistán, a la CIA y más tarde llegó ese mayo de 2011 en el que Bin Laden fue ejecutado en la misma casa. Ahora, las tres mujeres que tantas tensiones compartieron en Abbottabad han de convivir en la misma casa de Pakistán hasta que alguien les informe de qué crímenes han cometido.
Fuente: New York Times / Daily Mail
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