"No estoy tan seguro, pero puedo pensar que esto es parte de una estrategia de Estados Unidos, del departamento de Estado, para que se vea que este es un narco-gobierno", dijo Morales en rueda de prensa.
Morales ordenó hace dos años la expulsión de Bolivia del embajador estadounidense y de los agentes de la agencia antidrogas norteamericana (DEA), acusándolos de conspiración contra su gobierno.
El mandatario dijo que su administración no tiene vínculos con los negocios ilícitos del ex general retirado René Sanabria, detenido a fines del mes pasado en Panamá y llevado por la DEA a Miami, donde juez le abrió causa por el delito de narcotráfico.
Sanabria fue entre 2007 y 2008 el jefe antidrogas del gobierno de Morales y en 2010 pasó a ocupar la jefatura de una oficina de inteligencia antinarcóticos dependiente del Ministerio de Interior.
Morales afirmó que esto sucedió poco antes de que el Departamento de Estado difundiera su informe al Congreso en el que indica que Bolivia "fracasó manifiestamente" en combatir al tráfico de drogas. Sin embargo, ese informe "no dice nada sobre Colombia.
Colombia es productor de hojas de coca, exportador de cocaína, es el primer productor de cocaína y allí nada" de críticas a Bogotá, precisó Morales.
"Claro, si nosotros aceptaríamos bases militares acá, a la DEA de Estados Unidos, también seríamos el mejor país", gatilló.
Las relaciones entre La Paz y Washington se encuentran resentidas desde fines de 2008, cuando Morales expulsó a la DEA y al embajador estadounidense por apoyar un supuesto complot de derecha contra su gobierno.
Bolivia posee -según datos de las Naciones Unidas- más de 30.500 hectáreas de coca, pero la ley sólo reconoce la legalidad de 12.000 para usos tradicionales, como infusión, masticación y rituales religiosos andinos.
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